Inicio » Noticias » Crónica de un viaje a Mallorca en ULM (Por Hugo López del Aeroclub Totana)

Crónica de un viaje a Mallorca en ULM (Por Hugo López del Aeroclub Totana)

 

Crónica de un vuelo a Mallorca

(Ruta que empieza a ser habitual en el Aeroclub Totana )

Niebla,

Eso es lo que veo al asomarme por la ventana. Nada me impedirá cumplir hoy mi objetivo, Mallorca.

7:41 Abrimos el plan de vuelo con Alicante y autorizado despegue por la 03.

La mañana está sucia, con una cortina de nubes que aparentemente es delgada, pero siempre nos puede molestar en caso de emergencia.

El viaje es largo y cuantas menos cosas superfluas en que pensar, mejor. La carga de combustible y el peso de los equipos de supervivencia estabilizan la aeronave como si de un petrolero en un lago se  tratara, en un vuelo estable nos desplazamos suavemente avanzando millas.

Al llegar a la costa, apenas vemos la línea del mar, tan solo nos sorprende la antena de Guardamar que emerge entre el manto blanco para indicarnos el camino.

La conversación con Control de Alicante comienza, y nos irá acompañando durante millas, en un intercambio de alturas y códigos transponder, que nos tiene atareados sin dejarnos tiempo para apenas contemplar la belleza de las imágenes, que nuestra retina tiene que observar entre el stress de navegar, hablar y comprobar datos.

Apenas te paras a pensar durante unos instantes lo que vas a realizar, y es que …. En un segundo de conciencia ves tu diminuta aeronave en medio de la nada, como una raya en el mar, sin nada alrededor salvo agua…. Mucha agua, en el cielo y en el suelo… Y te vienen pensamientos de por qué tu planeta se llama tierra si solo ves agua, y durante 60 millas solo tendrás esa  dulce compañía.

La ausencia de rayas blancas sobre el agua de abajo, te hace pensar en que quizás el mundo está en el otro lado, y que necesitas un cohete para ir más rápido. Poco a poco, el espacio en cabina se hace grande, miras a la derecha y apenas ves el marginal, y es que te haces pequeño y  tu nave es como un una isla.

Ajustamos las alturas en función del agua que nos encontramos  por la proa, y es que las nubes salen desde el suelo hasta el infinito.

Ibiza es como un soplo de aire fresco, y su belleza nos recuerda el privilegio de observar el mundo desde lo alto…lo cual nos tranquiliza y nos reafirma la idea de que ver el mundo desde lo alto, es de las mejores cosas que unos ojos puede ver.

Comienza la actividad de radio de nuevo, y ahora nos emocionamos cuando nos imponen 300 metros de altura para completar las millas restantes. No es una imposición mala, ya que nos sobran 280 metros por arriba ya que  disfrutar de las olas es nuestro destino ahora. La naturaleza salvaje del mar nos enseña de vez en cuando una señal de algún animal que salta del agua a nuestro paso, para recordarnos que no estamos solos.

La cantidad de embarcaciones casi ahora nos molesta y nos señala en camino hacia el final del viaje.

10:15: La entrada en Mallorca se hace compleja, entre Notams y zonas restringidas vamos sorteando los obstáculos, y con gran trabajo en cabina, conseguimos llegar al Aeródromo de Petra LEPT, alejado de la civilización, y casi en el otro extremo de la isla.

El recibimiento allí  no puede ser mejor. La voz femenina de la dulce Desiré, nos autoriza a entrar directos a la 07 para realizar una toma suave sobre la hierba.

Tras el repostaje, nos unimos a la expedición Totanera que había comenzado el jueves anterior, cuando una aeronave había salido de Totana en avanzadilla y llevaba 4 días haciendo una tournée por la isla.

17:00 Tras la agradable comida entre encinas, retornamos al campo para realizar el pre-vuelo, cuando una tormenta veraniega nos sorprende casi sin darnos tiempo a tapar lo posible, la cúpula del avión. Y no es que la tormenta no estuviera prevista, es que se movió cinco millas mas al sur de la previsión lo que nos obligó a retrasar nuestra salida, y a cambiar nuestra ruta de vuelta. En estos casos, se agradecen los esfuerzos tanto económicos como de tiempo, en tener conocimientos sobre meteorología, lo que provocó que, tras un largo e intenso briefing, fijamos la vuelta por el sur de Ibiza, aumentando las millas recorridas pero en previsión de que algún rastro de tormenta quedará rezagado.

18:19 Despegue de LEPT por la 07, reunión de aeronaves  y rumbo a Formentera.

Nuestro cálculo fue perfecto y conseguimos meternos en la alta presión del avance de la borrasca y  volar  viento en cola viendo los rayos como azotaban la península en la zona de Castellón. Algunos rayos van de abajo arriba, sorprende la maravilla de la naturaleza.

Tras completar algo más de  3 horas de vuelo y ya casi en el ocaso, las dos aeronaves tomamos tierra en la pista 03 de Totana, sin mayor novedad que  las ganas de volver, unas cuantas amistades bien establecidas y un montón de colores indescriptibles en la retina.

Relato ofrecido por:

Hugo López Guisuraga.

Gracias por vuestra crónica, y deseamos que sigáis  disfrutando vuestros viajes.

Deja tu comentario

Tu dirección de email no será publicada.Campos obligatorios *

*